Before you go.
Before you go.
Esta es la
historia de un pueblo, de uno pequeño y de la gente que vive en el. A la
distancia da la clara impresión de ser un pueblo cualquiera en este mundo,
seguro, decente e inocente, pero tan solo hace falta un ojo curioso que se
acerque lo suficiente para distinguir sus sombras ocultas, los engaños y la
mafia que los envuelve Westview, es el nombre de aquel pueblo
perdido entre los mapas del condado, y esto comienza con lo que hicieron los
hermanos Romanova en el verano del 13 de septiembre, justo al amanecer.
Cuando el clima apuntaba que caería una lluvia
torrencial, ambos adolescentes habían tomado su paseo matutino en bote, para
admirar la belleza del bosque y el río, pero en especial gozar del silencio.
Sus nombres eran conocidos por todos los habitantes del lugar, Natasha y Clint
Romanova, pertenecientes a una de las familias de los fundadores de Westview,
herederos de todas las arboledas de sabía, que posteriormente era vendida como
una dulce miel en los mercados. Su familia tenía un imperio, pero la ambición
por el poder y el dinero se había salido de control por parte de Anastasia e
Iván Romanova, los padres de los gemelos, por ende los paseos eran la única
escapatoria de la mansión de dicha familia, que se había convertido en un total
infierno.
El primero en descender del viejo
modelo de convertible rojo, fue Natasha Romanova, una chica de cabellera larga
y tan roja como el fuego. Con sus elegantes tacones del mismo tono, caminaba
con delicadeza por las piedras mientras su vestido blanco se movía al ritmo de
la fría brisa de la madrugada. Sus manos estaban ocultas en unos suaves guantes
de seda, y gran parte de su angelical rostro era cubierto por un velo blanco,
que claramente evitaba a cualquiera notar los moretones y rastros de lágrima
secas en sus mejillas sonrojadas. Con sus ojos cerrados pudo sentir como su
hermano entrelazaba sus manos, produciéndole una cálida sonrisa y gran calma a
su corazón. Las aves cantaban con parsimonia a su alrededor y el sonido de la
corriente era protagonista en sus pensamientos.
Ese lugar
era sagrado, era un pequeño sitio en el mundo en el que te podías perder y
nunca te iban a encontrar. Lo que ambos adolescentes no sabían era que la muerte
asechaba entre los árboles de aquel tenebroso bosque. Remaron y remaron, hasta
llegar a un punto de soledad absoluta, sin civilización a la redonda. El
ensordecedor sonido de un disparo, los desgarradores gritos que salieron de su
garganta y un bote volcado a la orilla del río, es lo que escuchó y encontró
Scott Lang, un joven cazador furtivo que vagaba por los senderos.
Logró ver
como la silueta de una mujer empapada se encontraba en una de las grandes
piedras a la orilla del río, con el maquillaje corrido y las hebras de su largo
cabello enredado sobre sus hombros, tan solo pronunciando en un hilo de voz el
nombre de su hermano y un ayuda.
Bajo la
influencias de los Romanova las autoridades no habían tardado en llegar al
lugar de los hechos, la investigación y búsqueda exhaustiva del cuerpo de Clint
no había parado en días, pero era en vano, su cadáver nunca fue hallado. La
versión de los hechos de Natasha era creíble, aunque sin una base sólida que
pudiera respaldarse le dio paso a los rumores, los cuales se esparcían más
rápido de lo esperado, creando teorías conspirativas al respecto; unos decían
que los habían emboscado un par de ladrones, otros pensaban que debía tratarse
de una venganza por parte de los enemigos de la familia, o el peor de todos, y
el más creíble por los mediocres, era que fue una muerte fríamente calculada
por la pelirroja. Semanas después, un ataúd vacío se había enterrado en el
panteón de la oscura y antigua propiedad de la familia.
Los días habían sido largos para Natasha pues
la adolescente se aisló a sí misma de la sociedad. La mayoría de las personas
le habían dado la espalda, sin embargo Steve Rogers, un reportero del periódico
escolar, El Azul y Oro, quien estaba desarrollando una historia atrapante para
su segmento en el periódico, se interesó en la trágica historia del 13 de
septiembre, por ende había pasado las últimas semanas observando el cambio
drástico en la personalidad de la pelirroja, con semanas de anotaciones en su
viejo cuaderno llegó a la conclusión que aquella chica estaba atravesando cinco
características faces del duelo. La primera había arribado días después de
regresar a clases y esta era la negación. Natasha bloqueaba el dolor de su
perdida y evadía su realidad, creando su propio mundo, pasando horas y horas
encerrada en el gimnasio de la secundaria, practicando variadas técnicas
de defensa las cuales le ayudaban a controlar su ira, su frustración y su
resentimiento, que la consumían en cada parte de su cuerpo, canalizando todos
los sentimientos contra aquel pobre saco de box que ocupaba un área del
gimnasio. Incluso meses después del funeral seguía intentando encontrar a su
hermano, y fue cuando Steve dio el paso para dejar de observarla a la distancia
y hablarle en el momento en que pasaba a la fase tres; la negociación,
contándole falsas y desesperadas ideas de que las cosas se podían revertir. Sorpresivamente el rubio fue de gran ayuda para
Natasha cuando atravesó la cuarta fase; la depresión. Esa tristeza profunda y
el sentimiento de vacío, siendo su hermano una parte fundamental de su corazón
hecho pedazos. Steve se había encargado de reconstruir cada fragmento de este y
fue ese el gran impulso de Natasha para llegar por fin a la aceptación, el
momento donde dejó ir todo lo que acumulo en el trascurso del año y finalmente
conseguir aquello que llaman paz mental. No existía poder en la tierra que la
hiciera olvidar su trágica perdida, pero aun así preserva el recuerdo de su
hermano siempre en su memoria, siempre en su corazón, y tal y como hubiera
querido Clint, Natasha siguió adelante teniendo un motivo más para vivir... Steve.
Texto Narrativo - Karel Mateos.
Leído tu texto, Karel, ojalá pudieras comentar por aquí cómo fue tu proceso de creación de este texto.
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